La antigua parroquia de San Miguel, data del siglo XVI, ahora reconstruida y rehabilitada en edificio cultural, sede de las asociaciones culturales locales. Actualmente carece de culto. Está situada a ras de las aguas de la presa de Almendra y en momentos de crecida llega a tocar incluso el templo.

La característica más representativa de esta iglesia es su torre que no destaca en altura, y rematada en una pequeña cúpula en piedra. La torre se usa para poder subir a tocar las campanas, situadas en los ojos de la espadaña, sin ningún tipo de decoración o forma, su remate es adintelado y no es dificil ver a partir de febrero a las cigüeñas que regresan a pasar el verano o ya bien entrada la calurosa estación a los nuevos polluelos haciendo sus primeras prácticas de vuelo. 

Su techumbre es a dos aguas y la cabecera de la iglesia finaliza en un ábside rectangular. Es un templo realizado en sillares de piedra bien labrados, sin casi motivos decorativos excepto en su lateral donde se encuentra un arco de medio punto bajo un pequeño pórtico.